sábado, 18 de mayo de 2013

Definición y características

La adolescencia es esencialmente una época de cambios. Es la etapa que marca el proceso de transformación del niño en adulto, es un período de transición que tiene características peculiares. Se llama adolescencia, porque sus protagonistas son jóvenes que aún no son adultos pero que ya no son niños. Es una etapa de descubrimiento de la propia identidad (identidad psicológica, identidad sexual...) así como de la de autonomía individual.

 La adolescencia se caracteriza por el crecimiento físico y desarrollo psicológico, y es la fase del desarrollo humano situada entre la infancia y la edad adulta. Esta transición es tanto física como psicológica por lo que debe considerarse un fenómeno biológico, cultural y social.


 



Crecimiento y desarrollo

Desde el punto de vista práctico, los cambios habituales del crecimiento tienen tres grandes características:


  1. Se realizan en forma secuencial, es decir, unas características aparecen antes de que aparezcan otras, como es el caso del crecimiento de los senos antes de la aparición de la menstruación (o regla o periodo), el vello púbico antes que el axilar, los miembros inferiores crecen primero que el tronco, los testículos se incrementan antes que el pene, etc.
  2.  El tiempo de comienzo, la magnitud y la velocidad de cada evento es considerablemente variable entre las edades y los sexos.
  3. Cada evento del crecimiento sigue la ley de la variabilidad individual del desarrollo. Cada individuo tiene una propia manera de ser y la conserva a través de los años de la adolescencia y en el que influyen diversos factores, como su origen étnico, su constitución genética o familiar, nutrición, funcionamiento endocrino y ambiente sociocultural. Basado en ello, la evaluación de la maduración sexual suele ser más valiosa desde el punto de vista clínico que la edad cronológica, que es la correlación que por lo general preocupa a los padres y al mismo adolescente.







¿Sabes hasta qué edad dura la adolescencia? Hasta los 24 años

La maduración del cerebro es un proceso que se extiende en el tiempo, según los resultados de una investigación que publica The Lancet. Mientras no se tengan 25 años, se podrá actuar con imadurez sin culpa.

¿A qué edad se es adulto? Un grupo de científicos intentó responder a esa pregunta, no desde una perspectiva social o jurídica, sino natural. Y encontró que la maduración cerebral no llega sino bastante pasados los 20 años, considerados hasta ahora el umbral de la edad adulta.

The Lancet está publicando una serie de estudios sobre la adolescencia que, en su gran mayoría, adoptan esta nueva periodización, de los 10 a los 24 años. Según estos científicos el cerebro no alcanza su pleno desarrollo hasta mitad de los 20 y recién entonces puede considerarse adulta a la persona.

El cerebro de un adolescente no está por ejemplo en condiciones de valorar plenamente las consecuencias de los actos. Esto explica que muchos jóvenes no midan, por ejemplo, los riesgos del abuso de alcohol o de drogas.

Si el cerebro madura tardíamente, como dicen estos científicos, se entiende entonces por qué algunos jóvenes persisten hasta bien tarde en lo que se suele llamar "comportamiento adolescente"
Antes de los 24 años, el cerebro no está lo suficientemente bien pertrechado para evaluar riesgos o resistir a presiones o condicionamientos en la toma de decisiones.

"Una serie de factores contribuyen a la construcción social de la adolescencia como un período diferente de la vida, incluido el auge de la educación, los medios sociales y la urbanización. Pero la adolescencia también tiene bases biológicas. Muchos comportamientos que asociamos con los años de la adolescencia (como el correr riesgos) son evidentes en otras especies, y sabemos que el cerebro humano no madura completamente hasta los 25 años", dice Robert Blum, profesor de la escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg y uno de los autores del informe que publica Lancet.

La adolescencia, que se extendería entonces de los 10 a los 24 años, tiene bases biológicas, además de sociales y culturales. A diferencia de la que regula las emociones, la zona cerebral relacionada con el juicio y el control de los impulsos no completa su desarrollo sino a los 25 años.

En otro artículo -Adolescencia: una fundación para el futuro de la salud-, de Susan Sawyer, de la Universidad de Melbourne, se afirma que sólo a esa edad, la persona alcanza un sentido más firme de su identidad, estabilidad emocional, capacidad para preocuparse por los demás y de adoptar decisiones basadas en la razón y el juicio.